La cultura sigue cobrando vidas. Despojados para siempre de nuestros instintos naturales, estamos vulnerables ante la violencia de la «civilización». Y lejos de reaccionar acorde con la naturaleza de nuestra especie, incurrimos en consideraciones morales que nos causan la muerte o, en el mejor de los casos, nos hacen más desgraciados.
27 jul 2012
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