FE
Desde la primera cita ella le advirtió que su relación no iba a llegar muy lejos. Pero él vivió cada día ignorando su pronóstico, y amándola, y sintiéndose el hombre más feliz del mundo cuando estaba a su lado. Tras cinco años de feliz matrimonio, y de sus intentos fallidos por hacerlo entrar en razón, ella recogió sus cosas y se marchó: «No estoy dispuesta a continuar viviendo con alguien que no cree en mí», decía la nota de despedida.
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