26 nov 2011

CUENTOS PARA LEER EN EL METRO

ÁREA PROTEGIDA
Cuando el pequeño pueblo llegó al límite de la promiscuidad, el gobernador ordenó construir una iglesia justo enfrente del burdel La Cosa de Lola, para evitar que la gente terminara destruyéndose a sí misma por la influencia de aquel antro. Su plan funcionó, pero justo cuando el dueño de La Cosa de Lola anunciaba a sus poquísimos clientes que cerraría sus puertas, un tráiler que había perdido los frenos se estrelló contra la iglesia, matando a casi todos los fieles. Por eso hoy, después de un mes de la tragedia, La Cosa de Lola es declarada área protegida, según consta en la tarja colocada en la fachada, y precedida por un emotivo discurso del gobernador: el más notable de los sobrevivientes.

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