FANTASÍA
De niño tenía fantasías con Sophia Loren. Un buen día, siendo ya un hombre, se la encontró en la calle. Y aunque al principio ella puso todo tipo de reparos, pues la diferencia de edades era más que notoria: «¡Por Dios, qué dirá la gente!», protestaba ella, al final su encanto la venció. Y por fin él pudo hacer realidad su sueño: jugar trúcamelo con su actriz favorita.
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