8 sept 2012

EL APRENDIZ DE GURÚ


Si nos entregáramos a la búsqueda de la verdad con la misma pasión con que los arrogantes y los egocéntricos se consagran al desprecio hacia los demás —con su disciplina psicópata, con su rigor en el aniquilamiento—, todos los misterios del mundo se nos desvelarían hasta en los argumentos de un idiota.

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