Lo que hace a un anarquista tan peligroso no son sus acciones contra el sistema: es la conciencia de la libertad que posee, la que suscita en él un gran estado de relajación del que emanan todos los actos creativos, y sin los cuales sería un simple ciudadano, zarandeado por el miedo y las normas de urbanidad.
18 oct 2012
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