La ley o la anarquía: son los extremos a que debe acogerse el hombre honesto. Puesta a prueba su integridad en un terreno donde los débiles han de sufrir la embestida de su moral radical, revelará su naturaleza mediocre y corrupta si ante el mismo mal no es igual de inmisericorde cuando se trate de sujetos que encarnan el poder.
16 dic 2012
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